domingo, 24 de mayo de 2020

En algún punto perdí la noción del tiempo que me rodeaba, mis fuerzas se agitaban intensamente, avanzaba hacia un camino incierto y sin saber que la turbulencia me acompañaba, perdí mis sentidos y mi esencia en algún lugar que no logró recordar. Mi pasado, presente y futuro se mezclaban en una fugaz tormenta de pensamientos borrosos mientras viajo en mi oscura habitación; me he perdido y encontrado mas veces de las que tengo contadas.

Mis ojos se nublaron sumergidos en un ideal perfectamente destructivo que me carcomía cada que podía, mi sonrisa fue sustituida por una mueca falsa, sin esperanzas y sin noción del limite de mi propia autodestrucción. Sin pensar en nada vagué por las laderas de la soledad acompañado solo por un fantasma. Desesperado y hundido estiré la mano pidiendo ayuda pero ya era tarde, todo se había desvanecido. Incrédulo de mi propia desgracia camine aislado de todo, sin un rumbo, sin un lugar al cual llamar hogar, indague, muchas veces para ser sincero sobre mis propias palabras que parecian revolotear a mi al rededor como cuchillas afiladas que se clavaban en mi espalda a cada paso que daba. Miré atrás en el tiempo, antes de todo, ahí fue cuando me di cuenta que no podía volver sobre mis pasos para reencontrarme con mi propia sombra.