lunes, 20 de agosto de 2018

He comenzado a ser antipático, nada me llena y me siento en un bucle ¿De qué estoy huyendo? y ¿Por qué le tengo tanto miedo? Será que soy yo o es mi entorno, me desenvuelvo menos y pierdo el interés en cosas que eran de mi agrado, todo me parece aburrido, tedioso...defecante.

Las horas del día pasan lento porque solo pienso en dormir y hacer lo que me place dentro de mi cabeza, pues solo ahí me siento libre de verdad. Oculto pero en la mira de todos mientras que sonrió, hago chistes y burlas de cosas que por el momento me parecen divertidas...pero después tan banales y aburridas.

 Yo mismo he alejado a mis amistades, las he hecho creer que me presentaré y al final, pongo una excusa tonta y me vuelvo a cobijar con el manto de paredes de mi habitación. Me siento seguro ahí dentro, nada puede causarme daño y no puedo causar daño a nadie.

Quizás en algún punto perdí quién era y me encontré con el otro... aquel que mantuve guardado durante dos años y que no quería que tomara el control. Es en los momentos en los que lo pienso que tomó el asiento del conductor y trato de pedir auxilio con un grito silencioso, para que nadie me escuche pues él se encuentra mirando; Juzgando desde su punto de vista donde cree que tiene el control.

Si no escapo de mi propia prisión me perderé para siempre en mis memorias, me defeco en quién me pusó memorias, no sirven para nada, solo para ver lo que ya no está, que ya no es, que ya no será.

No me ubico nuevamente en ningún lado y prefiero el aislamiento del ensimismamiento, porque solo ahí me cegó a todo lo demás. No me toman en cuenta para pedir ayuda, sé que la necesito pero creen que estoy paranoico o simplemente no creen en nada, ese es el problema, dejar de creer.

Creía saberlo todo pero no soy nada, soy lo que la gente llama un ente errante ¿Con que propósito llegué aquí? ¿Para que sobreviví si no me muevo de donde estoy? ¿Qué sentido tiene la existencia cuando ya no ves una meta?

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