domingo, 23 de diciembre de 2018

Entre el tiempo efímero que estuvieron juntos y sus encuentros casualmente sexuales él se ha hecho fan de sus caricias, besos, enojos e incluso enferma y enteramente de su absoluta indiferencia, de los días que ni siquiera cruzan palabra y de los que no dejan de hablar de sus rutinas diarias, pero no hay más. más allá de medias noches o incluso medias horas, hasta que llegan a un clímax, ella se viste sin cruzar miradas, se va, solo así, como si nada.

No busca quedarse, busca diversión, fácil y ágil, entretenimiento barato, de a ratos, no piensa en lo que provoca con sus caricias, no conoce la piedad, es mercenaria de noches de sueño, su amistad es erótica, fugaz, sin ningún interés en particular. Él solo espera que se quede una noche entera, que despierte entre sus brazos, tener la oportunidad de desvelar observándola dormir, mientras ella viaja a mundos internos que él jamás conocerá.

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