miércoles, 22 de mayo de 2019

Me veo en la escabrosa necesidad de pensar en ti solo como un pasaje de ida, sin retorno, sin seguro de vida, dejando de lado mis convicciones a las cuales estaba tan aferrado, consumiendo tan rápido mi autosuficiencia y sumándome a los  inapropiados momentos en que se te ocurre molestarte en textearme para mantenerme atado, a nada, a la esperanza, liberándome pero al mismo tiempo sumergiéndome más en una oscuridad que en realidad nunca extrañé, tus inexpugnables sentimientos a los cuales de una forma u otra me aferro, por más que intento elucubrar como liberarme e incluso, cada que lo intento, liberas un poco más del veneno que salen de tus palabras texteadas, porque en realidad no somos más que extraños, que casualmente nos encontramos en un momento efímero, de caricias vacías, promesas que sabíamos que ninguno de los dos iba a cumplir.

Ante la sociedad, ante el mundo quieren conocer que hay entre nosotros, si tan solo ellos supieran que no somos ni la mitad de lo que fingimos ser, adornando de besos insípidos, de tratos tan vacíos como una taza de café un viernes por la noche, de miradas desviadas y atenciones desvanecidas, porque claro, quién querría mostrarse débil, acechado... vulnerable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario